domingo, 14 de diciembre de 2014

Voy a dejar de hablarme, para ver si puedo oír la pintura

La pintura habla,
pero hasta ahora no lo sabía.
Me peleaba con el lienzo,
o lo acariciaba con pinceles,
Más la materia permanecía inerte,
pues en su intento de desvelarse,
no la oía.

Y me siento, la miro,
la observo, pasta dictadora,
que maneja mi alma,
mi cuerpo, mi mente.
Me enfado, le pido explicaciones,
y  es entonces cuando calla,
se revela con v, con b cuando quiere.

Me agazaparé en lo más profundo,
alerta a tus quiebros gestuales.
Me postraré ante ti con fe ciega,
pues descalza de todos, de todo,
me declaro tu creyente.